28/05/2021
El Sendero de la costa: un paraje virgen en el corazón de Villajoyosa
A pocos metros del puerto pesquero se inicia una ruta senderista al borde del mar que, sin duda, merece convertirse en una de las citas imprescindibles durante tu estancia en Villajoyosa: el Sendero de la costa.
A diez minutos en coche desde el Hotel Montíboli, la Playa del Torres es el punto de partida de este camino que recorre uno de los pocos tramos completamente vírgenes de la Costa Blanca. Acantilados, aguas turquesas, pequeñas calas con encanto, pinadas y vestigios culturales componen una propuesta ideal para disfrutar del buen clima y el paisaje de nuestra tierra.
Se trata de un paseo sencillo y bastante plano pese a la orografía del terreno, perfectamente practicable para todas las edades. El tramo de costa que recorre comprende un total de 4 kilómetros, pudiéndose realizar tanto la ida como la vuelta por el mismo trazado en un par de horas, tranquilamente, disfrutando de las vistas y del mar.
Una ruta natural entre dos bienes de interés cultural
Si al final de la ruta nos espera la Torre de Aguiló (s. XVI), en el punto de partida nos da la bienvenida otro torreón llamado de San José o de Hércules, según a quien preguntes, que da nombre a la Playa del Torres y que tiene su origen en un monumento funerario de la época romana, alrededor del siglo II antes de Cristo, descubierto en este punto al borde del mar.
La Playa del Torres, rodeada de eucaliptos hasta la orilla, es el punto de partida del Sendero de la costa, y además nos ofrece un amplio espacio de aparcamiento y todos los servicios que pudiéramos necesitar para vivir una excursión memorable.
En el extremo norte del arenal comienza el cordón de acantilados que separa el núcleo urbano de Villajoyosa de Benidorm. A través de unas pequeñas escaleras que salvan el desnivel de las rocas comienza esta preciosa ruta que no se separa un solo instante del mar, y que está debidamente señalizada, por lo que es imposible perderse.
Desafiando el perfil de los acantilados
El Sendero de la costa trascurre entre pinos y rocas paralelo al mar, ofreciendo unas vistas panorámicas sobre la bahía que se superan a cada paso. El azul marino del horizonte contrasta con el turquesa de la orilla, que ribeteado de espuma blanca como si de flecos de encaje se tratase, completa este espectáculo visual único. Todo ello acariciado con la brisa marina.
En el camino se suceden bancales de cultivo hoy en día abandonados y diferentes salientes rocosos en los que pescadores experimentados se encaraman a las piedras para coger algún pez de roca.
El primer alto en el camino lo podemos hacer en Cala Fonda, diminuta, de difícil acceso, pero encantadora. Aunque sólo disfrutar desde las alturas del color de sus aguas es más que placentero, salvar el desnivel para disfrutar de un chapuzón en esta pequeña calita cristalina es una aventura que merece la pena.
La joya de la ruta se esconde en el Racó del Conill
Se trata de una de las playas más bonitas de la provincia de Alicante y en ella la naturaleza saca lo mejor de sí misma combinando la vegetación, el relieve y el mar para obtener un verdadero trocito de paraíso. Desconocida por la mayoría, poco a poco comienza a hacerse más popular, aunque todavía persiste el ambiente naturista que en este lugar siempre ha reinado. Y que debe seguir haciéndolo.
Bajo la pinada y junto a la playa en los meses de verano abre al público un chiringuito en el que poder tomar algo en cualquier momento del día. Por lo que esta puede ser una estupenda parada para retomar fuerzas desviándonos un poquito de la ruta.
La Torre de Aguiló y su privilegiado mirador
Llegamos al final del recorrido. Desde antaño, el alto donde se ubica la Torre de Aguiló ha sido muy valorado por sus vistas sobre la bahía. De hecho, este fue el motivo por el cual se levantó dicho torreón de vigía que servía para otear el horizonte y alarmar ante la llegada de piratas berberiscos.
Hoy su uso es diferente, ya que la torre se ha convertido en un observatorio para la naturaleza rodeado de mesas de picnic bajo los pinos y frente al mar. Y como telón de fondo el espectacular skyline de Benidorm y sus cientos de rascacielos compitiendo por alcanzar las nubes.
Un respiro, deleitarse con las vistas y ¡toca emprender el camino de vuelta!
Villajoyosa puede presumir de infinitos atractivos para disfrutar durante tus vacaciones. Eso sí, siempre con el mar como denominador común. Ese mar que ha forjado desde siempre el carácter, la cultura y el día a día de los habitantes de esta acogedora tierra que resume como nadie la esencia del Mediterráneo.